Empresas sociales están cambiando el mundo

Empresas sociales están cambiando el mundo

Por Irene Tato. Dircom de Laminar Pharma

La sociedad necesita agentes de cambio social comprometidos con dejar un mundo mejor del que se encontraron. Es ingenuo seguir pensando que los programas gubernamentales o las donaciones filantrópicas a agencias internacionales son las únicas que van a seguir ocupándose de atender o cubrir los problemas del mundo, en especial el de sus poblaciones más vulnerables. Del compromiso con la sociedad ya hablaba hace años el Prof. Michael Porter con su propuesta de creación del valor compartido mediante la cual se despierta al mundo empresarial a renovar sus procesos y actividades de negocios, tomando en cuenta el entorno social en el que se desempeña.

Queremos cambiar el mundo impulsando una revolución empresarial del propósito.

Hoy la política social forma parte ya de los objetivos estratégicos de nuestras empresas. En Laminar Pharma compartimos el compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible como otros cientos de empresas privadas que servimos a un propósito social. Lo hacemos convencidas que la denominada economía de impacto ya ha demostrado que contribuye a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los ODS son un compromiso o consenso global firmado por 193 países sobre los retos sociales y medioambientales de cómo debe ser el mundo en el año 2030.

Las empresas se fijan metas para mejorar de forma sostenible su propio entorno social.

Sólo en el Reino Unido, 7.000 emprendedores sociales crean cada año empresas que cambian el mundo, que han visto en los ODS oportunidades de negocio para mejorar y diferenciar su propuesta de valor. Tenemos un testimonio muy clarificador en la figura de Larry Fink, CEO de Black Rock quien ya recogía esta petición en su carta a los ejecutivos y directivos empresariales del año 2018: “Society increasingly is turning to the private sector and asking that companies respond to broader societal challenges”.

Le pide a los líderes empresariales que apuesten por las ideas de los agentes del cambio social y apoyen el surgimiento de las llamadas Social Enterprises que buscan generar un impacto positivo en el mundo, porque insisto, es el emprendimiento social el que está cambiando el mundo gracias al trabajo de centenares de changemakers, de líderes morales, de empresas sociales y organizaciones que gracias a sus alianzas estratégicas cada año desarrollan  iniciativas sociales con impacto real positivo sobre las graves desigualdades y problemas de origen socio-económico y medioambiental que afectan específicamente a las poblaciones más vulnerables.  

Se buscan líderes morales que defiendan el hacer lo correcto, no lo fácil.

El éxito para las empresas sociales no es sólo económico, incluyen como parte de su éxito global el desarrollo humano generado gracias a sus estrategias. Un referente al hablar de inversión de impacto es una mujer pionera, la americana Jacqueline Novogratz, quien fue fundadora y es máxima ejecutiva de Acumen, una ONG verdaderamente innovadora en su enfoque al lanzar una venture philanthropy(filantropía de riesgo sin ánimo de lucro) con la intención de provocar una revolución moral en el mundo de los negocios.

Acumen destinó un fondo de “Capital Paciente” para invertir en proyectos de empresas sociales con capacidad de crear cambios sistémicos en el largo plazo, por eso lo de paciencia, hasta poder comprobar cómo aportan soluciones sostenibles a los problemas más complejos que sufre hoy la sociedad y el medioambiente.

Se puede combatir la injusticia social desde las empresas que defendemos un modelo dirigido hacia la sostenibilidad, la innovación y el impacto social.

(*)https://www.britishcouncil.org/sites/default/files/social_enterprise_and_womens_empowerment_july.pdf